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Evo en México

February 22, 2010

Pronto México se liberará.
Evo Morales

La reciente visita de Evo Morales a México resulta una gran oportunidad para sopesar los avances de los variados movimientos de resistencia que existen en el país (zapatistas, amloístas, APPO, SME, etc) y las estrategias políticas que la izquierda ha venido desarrollando en los últimos años. Un movimiento emanado desde las bases populares y que logró articular un eficiente y sólido movimiento de masas que llevó a la presidencia a Evo es un modelo idóneo desde el cual reflejarnos y llevar a cabo los pertinentes ajustes y críticas. El mismo Evo en su discurso hizo un señalamiento importante que la izquierda mexicana debe de tomar en cuenta y reflexionar en toda su profundidad: “pasar de la resistencia a la toma del poder”. La toma del poder político es siempre el pináculo de cualquier movimiento revolucionario o popular. La toma del poder no necesariamente implican las armas, la historia ha mostrado que cuando existe un bloque común y fuerte que logre conjuntar los deseos y exigencias de amplios sectores sociales el poder puede arrebatarse por medios no violentos.

En el caso de la izquierda mexicana ésta se ha estancado en dos formas de práctica política que no han podido entrecruzarse y permanecen a veces, incluso, como antagónicas entre sí. Por un lado existe un amplio movimiento de resistencia desde diversos sectores del sindicalismo, organizaciones sociales y el encabezado por AMLO. Estos movimientos se encuentran fuera del ámbito institucional-formal y por ello su supervivencia es el resultado de su capacidad para poder innovar formas de protesta que logren contener las iniciativas del gobierno calderonista, su punto fuerte es la relación directa con las masas, el pueblo, los ciudadanos. Sus canales de comunicación están orientados en atraer y agrupar contingentes de masas que puedan darle un peso político a sus movimientos. Precisamente a partir de los cómos de estos canales y de las formas novedosas de logar una empatía con las bases populares es que depende que sigan creciendo o muriendo en la inopia social.

El otro extremo lo constituyen los partidos autonombrados así mismos como de izquierda. En éstos, sus causes son los institucionales y a través de ellos apuntan a delimitar o reformar aquellas leyes contrarias a una democratización y participación igualitaria de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, desligada de los movimientos populares, esta izquierda se queda anquilosada en el mero formalismo jurídico-político. Se reduce a ser pura forma sin contenido. Esta debilidad de la izquierda institucional es lo que provoca que fracciones en su interior puedan negociar acuerdos que vayan en contra de sus mismos postulados partidarios. No existe un contrapeso popular que oriente lo político en miras de un mayor igualitarismo.

Cuando Evo destaca que es hora de pasar de la resistencia a la toma de poder está planteando que esos dos movimientos hasta ahora antagónicos y que se han venido estorbando el uno al otro, logren imbricarse para que puedan concretar una plataforma política lista para disputar el poder. En términos claros: las masas que insuflan vida a los movimientos resistentes debe dárselo ahora a los partidos, y éstos deben de servir de medios para hacer llegar hasta el poder las demandas ciudadanas. Es claro que esto no es nada fácil. La izquierda institucionalizada se encuentra en sí misma dividida y en pugnas de poder entre sus diversas fracciones. Los movimientos de resistencia aunque a veces coinciden en los principios tampoco han podido congregarse en un plan común. Cada uno hace su lucha separado del otro. Los llamamientos del SME a un paro nacional son por ellos adecuados porque al nivel de la práctica política podría ser el inicio de la conformación de esa unidad que se requiere. Si eso se logra, la participación de los partidos resultaría impactada, pues serían rebasados por amplios movimientos de masas quienes, a fin de cuentas, son los que van a proponer los fines políticos.

Es de desearse que tanto los partidos como los movimientos de resistencia vayan juntos hacia una plataforma política unificada, un verdadero proyecto de izquierda con un programa que tienda al igualitarismo de la sociedad y la democratización de las instituciones. Sin embargo, las peculiaridades propias de nuestro espacio político hacen ver que si bien hay puntos de encuentro (el movimiento de AMLO con ciertos sectores del PRD, el PT y Convergencia) estos no son lo sufrientemente amplios ni sólidos. Las votaciones del 2006 pusieron en evidencia que además del fraude electoral hubo un gran error de organización en el cuidado de la candidatura de AMLO. Si los diversos partidos que encabezaron y promovieron la candidatura de AMLO se hubieran preocupado por formar un gran movimiento ciudadano a la par, el fraude podría haberse contenido. La respuesta multitudinaria de la gente volcada a favor del movimiento de resistencia civil pacifica tras el fraude, muestra que ya existían amplios sectores concientizados y politizados que no fueron aprovechados. Estos errores tácticos ya han sido señalados por otras voces y no se han reflexionado en su justeza. Ahora, parece ser que después de tres años de resistencia esa organización existe, la tarea consiste entonces en vincularlo con las organizaciones formales. En ese sentido hay que interpretar las palabras de Evo de pasar de la mera resistencia a la toma del poder.

Evo logró unidad porque su discurso político encontró eco en la mayoría del pueblo boliviano. El crear el discurso simbólico que represente el sentir, la preocupación y el interés de la gente es un proceso que surge desde la inmediata interrelación con la gente. Calderón y sus protectores han creado un consenso fetichizado, simplemente fantasmático que tiende a erosionarse con los hechos de la realidad. En su momento ellos supieron interpretar el sentir general utilizándolo en contra de la izquierda. La deslegitimización con la que inició el gobierno de Calderón dejó de ser una simple denuncia para tornarse algo completamente real. Fuera de las pantallas televisivas, los discursos del gobierno no convencen, ya no cran cohesión ni consentimiento. Desde ahí la izquierda debe aprovechar ese “hueco ideológico” para sembrar sus propios programas y principios. Las alianzas no deben ser con las mismas clases políticas coaligadas con oscuros intereses ajenos a los ciudadanos. Sería un craso error que la izquierda volviera a darle la espalda a las masas. Con quien debe pactar la izquierda y hacer alianzas para sacar candidaturas viables y legitimadas es con todos los movimientos sociales, populares y ciudadanos que ya existen en el país. Falta aún mucho por hacer y la construcción de una unidad de izquierda parece complicada, pero para logarlo debemos ser claros que la verdadera liberalización del país comenzará cuando la política se deje contaminar por la voz de sus representados: el gobernar obedeciendo.

Twitter: @Jumarcsky

3 Comments leave one →
  1. Cintya permalink
    February 22, 2010 9:43 pm

    Tocaste el punto medular del discurso de Evo: la imbricación del movimiento popular con los partidos, pasar de la resistencia a la toma del poder de manera pacífica.
    Es necesario vencer la resistencia de los partidos a la participación de nuevos elementos, nuevos cuadros, cosa que desde luego no permitirán Chucho y Cia. o los otros partidos “franquicia”. Un ej.: en Oaxaca convergencia le está poniendo trabas a mov. sociales fuertes y auténticamente populares para defender “su” hueso, los desdeñan, no los quieren tomar en cuenta, se sienten amenazados, esa creo es la palabra.

    Saludos e inteligente post.

  2. julio permalink
    February 23, 2010 9:32 am

    Estoy totalmente de acuerdo en el señalamiento que haces de lo que expuso Morales, “tenemos que pasar de la resistencia a la toma del poder”. Si embargo, considero que nuestro contexto històrico, para nada es igual al de Bolivia. Las condiciones por las que en la actualidad pasamos los mexicanos, son por demás, motivo de que el pueblo luche por derrocar a la clase política que en tu otro articulo señalas, sin embargo, el desgaste, la apatía y sobre todo, el determinismo por el que está pasando millones de mexicanos, hacen de ello, que la toma de poder por parte del pueblo se vea un tanto lejana, los zapatistas casi olvidados, en un articulo de Roger Bartra en proceso, ya señalaba la simbiosis que existía con el gobierno foxista, el movimiento obradorista, desprestigiado por el odio ridiculo de los medios de comunicaciòn, los electricistas cada día se resignan a su suerte, por si fuera poco, la ley traidora y mal impuesta ley del ISSSTE, casi olvidada por los mniles de trabajadores al servicio del Estado, en el Colegio de Bachilleres, miles de fraudes orquestados por la dirección general en complicidad con los lideres sindicales, como lo es en PEMEX, más aún, una apatía casi generalizada por los cientosd de docentes que han violentado sus condiones de trabajo por la miserable reforma curricular, pese a que los más perjudicados son los alumnos, ya llo señalo el expresidente de Colombia, con un todo verdadderamente crítico, lo que necesita Mèxico es un buen sistema educativo,el cuál, a vista de los que estamos en la educación, va en detrimento. Por último, las mafias políticas que han aprobado el alza de impuestos y sobretodo, siguen actuando como autenticos complices del espurio, también callan al ver el alza en los precios de los combistibles. Por todo ello y más, el pueblo tiene que tomar el poder, de la forma en que sea, sin embargo, los grupos en resistencia se estan extinguiendo, como en un orden aristotélico, primero tendríamos que ir de lo particular y de esta manera poder llegar a lo general, es decir, mi centro de trabajo, mi entorno y posteriormente, la lucha nacional. ¿ o tu que dices mi estimado Jumarc?

  3. February 24, 2010 2:59 pm

    Cintya: Efectivamente, los partidos se han acorazado impidiendo el acceso de sus bases populares y los ciudadanos. Los grupos a su interior unicamente se disputan los privilegios sin importarles los estatutos y los principios que dicen abanderar. Ante ese diagnóstico, considero que las luchas populares de todo tipo y los movimientos de resistencia tienen una parte central en los cambios que pueden generarse en lo político. El problema es que todavía no hemos encontrado la forma de que los diversos descontentos se unan entre sí para ejercer presión a los partidos, y en su caso, poder revasarlos. Lo de Evo es simplemente un ejemplo a tomar en cuenta. Recuerda que él mismo señaló toda la campaña negativa de que fue objeto, y sin embergo, pudo levantar un movimiento que lo llevó a la presidencia. Es ahí donde tenemos que fijarnos, que no simplemente querer copiar y calcar a nuestra realidad.

    Julio: ¿Eres Julio César? En todo lo que señalas tienes razón, pero creo que tendemos a desestimar la capacidad de respuesta de nuestra gente. Antes de la revolución de 2010 las condiciones eran prácticamente las mismas, e incluso podría decir que también existía una apatía generalizada. Era tal esa percepción que un periodista norteamericano escribía que para él le era imposible que en México se diera un levantamiento contra Díaz, pues todo reflejaba, que a pesar de ciertos descontento, el país estaba en completa tranquilidad. Con esto, lo que quiero decir, es que yo sí creo -hipótesis que dejó al aire- que existe ese llamado México “bronco”, que quién sabe por qué extraños mecanismos de repente despierta y arrasa con todo. Quizá la apatía de la que hablas tenga que ver con esa tipo de idiosincracia del mexicano bronco, pues al contrario de lo que enumeras yo me he topado con gente que no va a marchas, ni hace mítines ni protesta porque no ven que eso resuleva las cosas. Al contrario, muchos de ellos dicen que el día que se “armen los madrazos” van a ser los primeros en estar ahí, mientra eso no pase, ellos se ocupan en sus asuntos.

    Ahora también, las acciones particulares no hay que descartarlas, se hace mucho concientizando a la gente a tu alrededor, a tus vecinos, etc. Si miramos la historia los grandes cambios surgen como iniciativas particulares. ¿Cuántos conformaban el grupo que inició la Independencia? ¿Cuántos fueron los que plantearon he hicieron el llamado a la revolución de 1910? Las luchas particulares son muy importantes en cualquier movimiento social, y estoy cierto de que con su granito de arena y como pueden, en estos momentos hay mucha gente tratando de cambiar al país.

    En el caso del ejemplo de Evo, como ya lo digo arriba, no se trata de copiar lo que él hizo. Es cierto que son otras condiciones, son otros enemigos, pero fijándonos en qué triunfó él y cómo lo hizo podemos plantearnos nosotros alternativas realista para nuestras condiciones. Ahí es donde entra también el análisis, la reflexión, la chamba intelectual. Si los grupos populares no cuentan con una ideología que les de cohesión y unidad más allá de sus diferencias seguirán desunidos y desperdigados. En eso Evo también triunfo, pues pudo articular un discurso basado en el indigenismo que caló en el pueblo boliviano. ¿Cuál será el discurso que nos cale a nosotros? He ahí donde la reflexión de cada quién aporta su granito de arena.

    Gracias por sus comentarios.

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